NUESTRA HISTORIA
UNA EXIGENTE SELECCIÓN
Nuestros cafetos proceden de nuestras propias plántulas y son tratados de forma natural. Procedentes principalmente de la variedad Castillo Arábica (90%), crecen a 1450 metros de altitud, rodeados de naranjos, mangos, aguacates y plátanos. Los frutos, llamados cerezas, se recolectan manualmente cuando obtienen un bonito color rojo intenso, sinónimo de madurez. Un tratamiento mecánico llamado despulpado separa las semillas de cada cereza de la pulpa (que luego se utilizará como fertilizante). La clasificación hidráulica elimina los granos defectuosos por flotación. Luego los granos reposan durante un día en un tanque de fermentación, para permitir que se elimine el mucílago que los recubre. Luego nuestro café se lava varias veces con agua limpia. Para obtener un nivel de humedad cercano al 12%, el café se seca y se devuelve al sol en grandes rejillas durante varios días. Llega entonces el momento de acudir a la fábrica especializada para el envasado. El café se descascarilla mecánicamente para eliminar el pergamino que rodea los granos. Seleccionamos los mejores granos, calibrados mediante 17-18 tamices, para nuestra producción. A continuación, una clasificadora óptica elimina los granos defectuosos que antes no se podían identificar. Optamos por un tueste medio, para revelar la suavidad y los aromas. El café, después de una última revisión visual, finalmente es envasado en bolsas de conservación de alta calidad para poder ofrecerles un café Premium fresco y delicioso.